Las débiles bases del crecimiento económico español
El gobierno y los medios de comunicación están tocando las trompetas celebrando que la economía creció un 2,4% en 2023; que hay un récord de 21,4 millones de trabajadores; y Moncloa alardea de que el comercio exterior español “continúa siendo una de las principales palancas de crecimiento económico y generación de empleo” (La Moncloa, 19/02/24). Pero cuando nos paramos a mirar más de cerca descubrimos las bases extremadamente débiles e insostenibles de estos éxitos. Como dice la parábola de la Biblia, se está construyendo la casa sobre arena, y cuando sople el viento de la próxima crisis, colapsará.
En primer lugar, gran parte del sector exterior consiste en el turismo, el sector que se ha convertido en la fuerza motriz del crecimiento económico. Un récord de 85 millones de turistas visitaron el Estado español en 2023 y aquel sector representó un 12,8% del PIB. De hecho, se calcula que la economía solo hubiera crecido un mero 0,8% en vez de un 2,4% sin el turismo (El País, 17/1/24). Es decir, sin el turismo la economía española estaría de rodillas.
Además, no es para nada relajante que la economía dependa tanto de este sector porque es frágil e improductivo, y está expuesto a los vaivenes del mercado mundial. Lo que vimos con la pandemia fue un colapso del turismo y muchas empresas se endeudaron fuertemente como resultado, dependiendo del dinero “gratis” del Estado. Recientemente hemos visto la resistencia que los residentes de las Canarias, Baleares, Barcelona y Málaga han puesto al turismo, debido al impacto que éste está teniendo en sus vidas, y que sin duda tendrá consecuencias económicas todavía impredecibles.
La cifra récord de empleo, según El País, es “una cumbre que jamás se habría alcanzado sin la mano de obra extranjera”. Un 13% de los afiliados a la seguridad social son extranjeros que “sustancian la evolución positiva del mercado laboral” con un aumento de un 7,5% en un año comparado a sólo un 1,7% más de españoles afiliados a la seguridad social. Un 42% trabajan en el sector doméstico, y un 26% tanto en hostelería como en el sector agrario (El País, 25/08/24). Estos son los 3 sectores más precarios: con los peores salarios, más bajos niveles de productividad y menores niveles de valor añadido a la economía. Por lo tanto, el empleo de los extranjeros refleja la debilidad del crecimiento económico español, porque es la parte de la sociedad que suele aceptar las peores condiciones laborales y menor remuneración. Cabe destacar que estos son sectores ligados estrechamente con el turismo.
Entonces, la economía española ha logrado crecer en base al mayor nivel de explotación de inmigrantes en sectores no productivos que están expuestos a los altibajos del mercado mundial, que está atravesando unas de las épocas más inestables e impredecibles de su historia.
La productividad es un factor importante a tener en cuenta porque, como explica un informe de la CEOE, un deterioro de la productividad por trabajador conlleva un deterioro “de la competitividad económica y la capacidad de creación de empleo y crecimiento de una economía a medio y largo plazo”. La productividad por hora de la fuerza laboral española ha subido un 4,2% en 10 años, comparado con una subida de un 8,1% en Europa (El País, 22/07/24). Entonces, aunque haya más empleados, son menos productivos, lo cual implica que aunque haya beneficios y crecimiento a corto plazo, no se convierten en crecimiento sostenible y esto tiene consecuencias negativas en el futuro.
Según Sergio Rodríguez, presidente de la Fundación Innovación España, “La industria es el sector que permite a las economías resistir mejor las crisis, procurar crecimientos sostenidos… y generar empleo de calidad” (El País, 04/08/24). Pero la industria solo representa un 17,4% de la economía española en comparación con Alemania, donde está en torno al 27% (El País, 14/08/24). La economía española no goza de la sostenibilidad económica que provee la industria. Se apoya demasiado en sectores más frágiles.
Aunque las cifras vayan hacia arriba, la economía española no es un cohete. Las bases del crecimiento son tan débiles y están tan expuestas a cambios bruscos que puede caer tan fácilmente como ha subido hasta ahora. Tenemos que librarnos como clase del caos del mercado capitalista y poner la economía en una base firme de control obrero y planificación.
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