Justicia para Mamouth: no son muertes, son asesinatos

El pasado 30 de diciembre, Mamouth Bakhoum, senegalés de 43 años, murió ahogado al lanzarse al río Guadalquivir mientras huía de la Policía Local de Sevilla. Desde la OCR enviamos nuestras más profundas condolencias a los familiares y amigos del fallecido. Mamouth ha sido asesinado por el racismo institucional español, que condena a los trabajadores inmigrantes a la miseria y el aislamiento social. Su muerte no debe quedar impune. 

El portavoz del Sindicato de Manteros de Sevilla, Saliou Ndiaye, explicó a los medios que «tirarse al río era la única opción. No estaba huyendo de nada, solo trataba de proteger su mercancía». Según Ndiaye, Mamouth «arrojó primero su mercancía al agua y luego se lanzó él mismo», y añadió que «el agotamiento provocado por la persecución fue lo que llevó a su trágico desenlace». También destacó que los manteros sienten un profundo temor a perder sus productos, ya que reunir nuevamente el dinero necesario para adquirir nuevos artículos para la venta les resulta sumamente difícil. Asimismo, Ndiaye expresó sus dudas sobre la versión oficial proporcionada por la policía, especialmente sobre el hecho de que los agentes se lanzaran al agua y ofrecieran ayuda, y exigió acceso a las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona. 

Mamouth se suma así a la larga lista de víctimas del racismo institucional del Estado español. Hace sólo dos años, en torno a 40 personas fueron asesinadas al tratar de cruzar la valla de Melilla, asunto que la Fiscalía archivó sin responsabilidades. Y en 2018 Mame Mbayé fue asesinado en Lavapiés (Madrid) en circunstancias muy similares a las de Mamouth. 

Los medios reaccionarios, con el ABC a la cabeza, se han apresurado a lanzar titulares con los antecedentes de la víctima (apenas 4 meses de cárcel por atentado a la autoridad), dejando en letra pequeña que Mamouth contaba con permiso de trabajo y residencia. Como si haber sido reprimido por la Ley Mordaza, algo prácticamente imposible de evitar en las circunstancias en las que trabajan estas personas, quitara valor a su vida. 

¿Por qué hablamos de asesinato? Recordemos las palabras de Federico Engels en La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845): 

“Cuando un individuo hace a otro individuo un perjuicio tal que le causa la muerte, decimos que es un homicidio; si el autor obra premeditadamente, consideramos su acto como un crimen. Pero cuando la sociedad* pone a centenares de proletarios en una situación tal que son necesariamente expuestos a una muerte prematura y anormal, a una muerte tan violenta como la muerte por la espada o por la bala; cuando quita a millares de seres humanos los medios de existencia indispensables, imponiéndoles otras condiciones de vida, de modo que les resulta imposible subsistir; cuando ella los obliga por el brazo poderoso de la ley a permanecer en esa situación hasta que sobrevenga la muerte, que es la consecuencia inevitable de ello; cuando ella sabe, cuando ella sabe demasiado bien que esos millares de seres humanos serán víctimas de esas condiciones de existencia, y sin embargo permite que subsistan, entonces lo que se comete es un crimen, muy parecido al cometido por un individuo, salvo que en este caso es más disimulado, más pérfido, un crimen contra el cual nadie puede defenderse, que no parece un crimen porque no se ve al asesino, porque el asesino es todo el mundo y nadie a la vez, porque la muerte de la víctima parece natural, y que es pecar menos por comisión que por omisión. Pero no por ello es menos un crimen”.

El saqueo y la explotación brutal a las que el imperialismo somete al continente africano es lo que obliga a millones de personas a arriesgarlo todo para escapar de la pobreza extrema y las guerras. Según la ONG Caminando Fronteras, más de 10.400 personas han muerto intentando llegar a las costas españolas este año. De ellas, 421 eran mujeres y 1.538 niños o adolescentes. El organismo también subraya que la ruta Atlántica hacia las Canarias «se mantiene como la más letal a nivel mundial». 

Los camaradas de la OCR en Sevilla hacemos un llamamiento a participar en la manifestación convocada por la comunidad senegalesa de la ciudad y La Carpa, el próximo jueves 2, a las 19 horas, en la Plaza de la Gavidia. 

¡Justicia para Mamouth! ¡Policía Local asesina!

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